El equipo que nació grande
La historia del futbol profesional de la Universidad de Guadalajara ha sido una historia de leyenda que ha dejado una huella imborrable por sus éxitos en el balompié nacional.
El futbol profesional de la Universidad de Guadalajara vio luz primera en el año de 1970 con los Venados en la tercera división en la administración de Ignacio Maciel Salcedo quien siempre apoyó el anhelo de Rafael García de Quevedo.
La participación de los Venados se dio gracias al empeño y la entrega de Tito Gutiérrez forjador de varias generaciones de futbolistas universitarios; En la temporada 1972/1973 el equipo de la U. de G. es invitado a la rama de la segunda división, a partir de ahí tomaron el nombre de batalla de Leones con la integración de la Comisión Administrativa del Equipo de Futbol.
Para la campaña 73/74 realizan uno de los mejores torneos de esa división al constituirse como lideres generales, campeones en todos los departamentos. Sin embargo, pierden los juegos finales contra la Universidad Autónoma de Nuevo León por marcador global de 2-3. Pero los intentos del Rector Rafael García de Quevedo por contar con un equipo de primera división se consolidan en la temporada 74/75 al comprar la franquicia del Torreón en tres millones de aquellos viejos pesos.
El debut en Primera División fue el 14 de junio de 1974 en el Estadio Azteca contra el América bajo el mando de Tito Gutiérrez con una excelente actuación del portero René Vizcaíno. Jornadas posteriores, ya avanzado el torneo arribaron al equipo los primeros refuerzos brasileños: Jair de Jesús Pereira, Belarmino de Almeida Jr. Nené, Roberto Da Silva y Eusebio de Jesús. Jugadores que serían bautizados por el cronista deportivo Ángel Fernández como los Leones Negros, mote que hasta la fecha ha sido el grito de batalla del deporte universitario.
Junto a estos jugadores llegó también el técnico brasileño José Gómez Nogueira con quien se logró hacer 42 puntos, unidades que para la época constituyeron una hazaña sin precedentes. Fue un tiempo de bonanza, de contrataciones espectaculares con los mejores jugadores del futbol mexicano como Ignacio “El cuate” Calderón, Rubén Anguiano, Ricardo Chavarín, Rafael “Chepe” Chávez, y Manuel Nájera, todos seleccionados nacionales.
Con este plantel se consiguieron dos subcampeonatos oficiales, el primero en la temporada 75/76 en final que se jugó contra el América y la 76/77 que también se perdió pero ahora contra la Universidad Nacional Autónoma de México por la mínima diferencia con gol de Ebanivaldo Castro Cabinho.
Sin lugar a dudas fue el esplendor de los Leones Negros, era el equipo espectáculo del balompié nacional, sus registros de asistencia en todos los estadios fue a plenitud. Llenos en todas partes y se convirtieron en una de las principales atracciones de ese deporte en el país. Desplazaron a equipos tradicionales como el Atlas, Necaxa, Atlante, Oro y en determinado tiempo hasta a las Chivas del Guadalajara.
Con la llegada a la presidencia de la Comisión de Félix Flores Gómez se modifica la política de contrataciones y se instrumenta un plan de desarrollo que se sustenta en la formación de jugadores cien por ciento universitarios. De ese proyecto surgen los mejores futbolistas en la historia del futbol en la U. de G.
Debutan en la primera división Jorge “El vikingo” Dávalos, Luis Plascencia, Víctor “Tiburón” Rodríguez y Sergio “Cayo” Díaz, los cuatro se constituyeron con el tiempo en los modelos de identificación de las nuevas generaciones, tanto que Dávalos y Plascencia integraron el equipo Sub-Campeón Mundial Juvenil que participó en el Mundial de Túnez en 1978.
Con esa generación de jugadores la Universidad de Guadalajara obtuvo su primer título oficial en la Federación Mexicana de Futbol al acreditarse el Campeonato de los Nuevos Valores en 1978 al vencer bajo la dirección de Gustavo Peña al Cruz Azul.
El proyecto de formación continuó y para la temporada 84/85 se contrata a uno de los técnicos
leyenda: Ignacio Trelles, quien supera todos los pronósticos y establece un récord de puntos en temporada regular con 55 unidades, pero pierde en la fase final contra el Puebla.
Los bríos universitarios se renuevan bajo la administración de Raúl Padilla López, la política del futbol también se modifica e instala como presidente de la Comisión al Arq. Jorge Enrique Zambrano Villa. El ex rector contrataría los servicios del D.T. Alberto Guerra y es este entrenador quien le da a la Universidad de Guadalajara el campeonato de la Copa México el 26 de enero de 1991 contra el América con gol anotado por uno de los símbolos universitarios, Víctor Rodríguez.
Con Alberto Guerra se juega la tercera final en la temporada 88/89 ante el Puebla y se pierde en una final emotiva por marcador global de 6-4. Los años que vendrían serían de calvario hasta su remate final el 13 de junio de 1994 cuando juegan el último partido de está etapa de su historia en el Estadio Jalisco en contra de los rojinegros del Atlas.